Puntos de Interés

Content Blocks

Cala en Porter

Cala en Porter está a 11 kilómetros de Alaior, situada entre los morros Esclafat y Ponent, así como junto a la urbanización homónima. Al oeste de Cala en Porter se halla Talaia de ses Penyes, construida sobre unos cantiles de 68 metros de altura. Un enorme entrante de mar sinuoso y la desembocadura de Torrent de Cala en Porter forman al tocar tierra firme una playa en forma de concha y una zona húmeda en su parte trasera. Esta franja de litoral también se caracteriza por tener dimensiones medianas, pendiente suave y afluencia alta de bañistas locales y turistas.

Este rincón costero se encuentra flanqueado por verticales acantilados altos, cuyas peñas del margen derecho están coronados de vegetación y las del flanco izquierdo de viviendas residenciales. Destacando casi en su punta Cova d’en Xoroi, hoy en día una discoteca con vistas panorámicas espectaculares y, en el pasado, según cuenta la leyenda, habitada por un moro que le faltaba una oreja.

La playa de Cala en Porter tiene todos los servicios (tumbonas, sombrillas y patinetes de pedales) además del servicio de socorrista. Acceso: puedes llegar desde Alaior por la carretera de cala en Porter pero si vienes de Mahón, es mejor tomar la carretera que sale de San Climent (12,14km).

Durante la temporada turística hay línea de autobús hasta cala en Porter, desde Alaior y Mahón.

Alaior

Alzándose sobre una colina, podría parecer que Alaior es uno de los pueblos más elevados de Menorca. Sin embargo, las apariencias, en este caso, sirven de truco visual para dar protagonismo a una población con más de 700 años de historia documentada. Si bien no es la localidad más elevada de la isla, las empinadas cuestas que son sus calles, configuran una laberíntica red que culmina en la plaza de la Constitución. Un poco más arriba, a escasos metros, la iglesia de Santa Eulàlia domina Alaior desde las alturas, ratificando su posición como centro originario de la ciudad.

Mahón

Entrar en Menorca es sinónimo, casi siempre, de poner ambos pies en Maó. Ya sea por aire o por mar, la capital de la isla es la alfombra de bienvenida. Y lo ha sido desde siempre. La imponente entrada natural que penetra en la tierra de levante, es la puerta por la que culturas tan dispares como la árabe y la inglesa han dejado su huella en Menorca. Una huella que late en cada rincón de la capital.

Muchos de los avances sociales, tecnológicos, económicos y comerciales tuvieron en Maó su ventana para asomarse al resto de la isla. Si bien el punto de llegada conserva gran parte de esa novedad, ese encuentro entre Menorca y el mundo exterior.

La ciudad se construyó alrededor de esa gran entrada natural que es el puerto. Imponente, cercado al norte por una costa ondulada y suave; y, al sur, por un gran acantilado que sujeta los cimientos del motor que hace avanzar al resto de la isla hacia un futuro ligado al territorio, al pasado, a las profundas raíces visibles en cada gesto, palabra y decisión.

Ciutadella

El sol de la tarde tiñe de oro las imponentes fachadas de los palacios de antiguos señores en la plaza del Borne. El epicentro de un pueblo que se siente ciudad, o ciudad que conserva su carácter tradicional, regio, estoico como la piedra que lo caracteriza.

Ciutadella es, en esencia, mediterránea. No solo por rozar la costa oeste de la isla y abrazar gran parte del poniente. Sino por su intrínseca relación con el mar, conexión latente desde tiempos inmemoriales. Y que, a día de hoy, se refleja en su sector pesquero. Pero también en la sal que baña las calles, el mercado central que a diario acoge las capturas y en los platos que llenan los restaurantes tanto del puerto como de la ciudad.

Cultura e historia se funden en sus calles empedradas. Las numerosas manifestaciones religiosas dan fe del pasado peso eclesiástico, culminado en la Catedral de Santa Maria. Mientras, cada junio se convierte en capital del archipiélago, bajo el flujo de la noche más corta del año: Sant Joan.

Playas del norte

Un paisaje hipnótico, salvaje y en el que los tonos rojizos de la arena y los verdes azulados del mar lo envuelven todo. Así son las playas de la costa norte de Menorca, un entorno natural único.

Playas del sur

Lugares paradisíacos, merecedores de una foto de postal, escenario de ensueño para las vacaciones más deseadas… Así son las calas y playas de la costa sur de Menorca: arena finísima y blanca, aguas turquesas y cristalinas, de una transparencia que impresiona y que nos permite observar el fondo marino como si de una fotografía se tratase. Los arenales del sur de la isla se convierten en un deleite para los sentidos. Para la vista, el azul intenso del cielo de verano se funde con el del Mediterráneo más amable. Para el oído, el cri cri de las cigarras acaba por convertirse en una agradable melodía familiar, mientras que el olor de los pinos se confunde con el del salitre transportándonos a la auténtica esencia del verano mediterráneo.

Acantilados calcáreos, bellos barrancos, dunas y bosques mediterráneos envuelven estos entornos de gran valor natural. Al abrigo del viento de tramontana, las playas de la costa sur se convierten en auténticas piscinas naturales de aguas cálidas, tranquilas y poco profundas que invitan a un baño interminable, dejándose mecer por el vaivén del Mediterráneo. Contemplar el atardecer desde estos arenales es otra de las experiencias que no se deben dejar pasar en una visita a Menorca.

Camí de Cavalls

El Camí de Cavalls de Menorca (GR-223) es patrimonio histórico de la isla y declarado bien de interés cultural por la Comunidad Autónoma de les Illes Balears (CAIB). Se trata de un famoso camino de 185 km que circunvala toda la isla muy cerca de la costa. Territorio perfecto para amantes del senderismo, Trail o la bicicleta de montaña.

No se puede establecer con exactitud el origen del Camí de Cavalls, pero sabemos que durante el siglo XVIII se utilizaba con finalidades militares de defensa, ya que permitía a la autoridad militar la vigilancia de las costas. También era utilizado por payeses y su acceso era totalmente libre para cualquier persona.

Artesanía de Menorca

Menorca tiene una larga tradición artesana, con una gran diversidad de oficios. Los artesanos de la isla han sabido transmitir sus habilidades y los conocimientos adquiridos a lo largo de los años e inspirar con su arte el gusto por la artesanía, tanto la tradicional como la contemporánea.

El repertorio de oficios artesanos es amplio y se divide en apartados como: de la comida y la bebida (principalmente con la elaboración del queso Mahón-Menorca, la pastelería tradicional y los licores); de la madera (con especial mención a las barreras de acebuche del campo menorquín); de la luz y del calor (con ejemplos como la recuperación del oficio de carbonero); de la piedra (con las singulares paredes de piedra en seco); de la piel y el cuero (con bolsas y artículos de complemento); de las artes plásticas (con artistas de la escultura, restauradores y trabajos de serigrafía); de las fibras y los tejidos (con la presencia de labores de pasamanería y los tapiceros); del barro (con variedad de productos de cerámica popular y artística); del hierro y similares (con herreros que combinan las faenas más tradicionales con otros elementos de decoración); del papel y del cartón (con oficios tan singulares como el de fabricación de caretas); del vestir y del calzar (con claro protagonismo por el calzado más estival, la abarca); de la ornamentación y de las artes suntuarias (con destacados artesanos de la joyería de autor y la producción de bisutería); de la limpieza (con la elaboración de jabones que incorporan flores de la isla); y, de las medidas del tiempo (con el meticuloso trabajo del relojero).

3 razones para alojarse con nosotros

 
Inmejorable situación geográfica, con la naturaleza en un primer plano

 
Disfruta de la naturaleza con nuestras activididades al aire libre

 
Mar, cielo y gastronomía menorquina